La primera referencia textual del consume del té como bebida medicinal data del año 59 AC durante la Dinastía Han Oriental, aunque hasta ahora no se habían hallado restos que lo corroboraran. Sin embargo no fue hasta el siglo VII-VIII DC cuando se popularizó la bebida en toda China durante la Dinastía Tang y después a toda Asia a través de la Ruta de la Seda.
Investigadores chinos han encontrado té de 2.100 años de antigüedad procedentes de dos recintos funerarios: el Mausoleo de Han Yangling en Xi’an (Provincia de Sha’anxi) y el cementerio de Gurgyam en el distrito de Ngari (Tibet oriental). Estos descubrimientos son aún más interesantes porque las hojas descubiertas son las procedentes de los brotes más jóvenes, las que se emplean para fabricar el té de mejor calidad.
Expertos de la Academia China de Ciencias analizaron material orgánico carbonizado que se había encontrado en los recintos funerarios y confirmaron que pertenece a hojas de té del género Camellia.
Hasta ahora, el té más antiguo del que se tenían evidencias físicas pertenecía a la dinastía Song (siglos X-XII de nuestra era), por lo que el descubrimiento adelanta en un milenio la historia arqueológica de esta bebida.